¡Hola pequeños!
Hoy voy a dedicaros un poco de mi tiempo para hablaros de algo que está muy presente en vosotros a día de hoy, la escritura, aunque desgraciadamente no todos tienen la misma oportunidad de haberla aprendido.
¿Os acordáis cómo fueron vuestros primeros pinitos en la escritura? Seguro que lo primero que aprendisteis a escribir fue vuestro nombre... o el de alguna que otra compañera guapa... ¡pillines!
Hoy en día, todos aprendéis a leer y a escribir desde pequeños, en los primeros años de cole, pero en mi época no era tan fácil. Sólo los escribas tenían acceso al aprendizaje de la escritura. Por eso, anteriormente, todas las personas más importantes de la época iban acompañados de un escriba que tomase nota de todo lo que pasaba. ¡Hasta yo he tenido a mi lado a uno de éstos! ¡Menuda ilusión!
Conoceréis los jeroglíficos, ¿verdad? Sí, esos dibujos pequeñitos que aparecen todos juntos, uno detrás de otro, como si fuesen letras... Pues estos mismos eran lo que los escribas utilizaban para escribir. Eran como una especie de signos sagrados.
Fijaros qué importancia tenían para nosotros los dioses que considerábamos la escritura como un regalo de éstos.
¿Sabéis de donde viene el invento de escribir en papel como lo hacéis hoy en día? Bueno, aunque alguno que otro haya sustituido ya el papel por las nuevas tecnologías...
El invento del papel viene de nosotros, los egipcios. Al principio de salir a la luz el don de la escritura, el material que se utilizaba para ello eran piedras. Más tarde, aprendieron a fabricar papiro, un material elaborado a partir de una planta con el mismo nombre, que se podía encontrar en el río Nilo. El material era realmente costoso y valioso por su gran esfuerzo a la hora de realizarlo.
Para escribir en las piedras y tablillas de barro donde los aprendices realizaban sus primeras escrituras, utilizaban los llamados estiletes, una especie de cuchillo, para que me entendáis mejor.
Para escribir en papiro se utilizaba tinta roja para escribir los títulos y tinta negra para el resto del texto.
Así pues, el abecedario egipcio era el siguiente:
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